... Luego volví a caer en mi letargo. Duermo la mayor parte del día. En los pocos momentos de lucidez no puedo abrir los ojos. Pienso una y otra vez en el accidente. Cada vez tenía menos detalles que se desdibujaban en mi mente.
Pasaron las semanas y abrí los ojos. Siempre veía las dos mismas personas. Supuse que serían mis padres, puesto que no recordaba quienes eran. En mi mayor tiempo despierto -que creo que fueron 30 minutos- atiné a ver mi nuevo cuerpo semejante al de una niña de un mes. Si no podía hablar, no podría decirles a estas dos personas que ya tenía poadres y que no eran ellos. Supongo.
Cada vez recordaba menos y empecé a delirar en la reencarnación y en si todo el mundo es como yo. Tenía que hablar con mis padres y amigos. Estarán preocupados, pero...¿cómo podría explicarles esto si ni siquiera puedo hablar? ¿cómo explicarles que ya no era Bruno, sino, como decían mis nuevos padres, una tal "Sofía"? ¿Cómo explicarle a Claudia que ahora era un bebé?
Cada día me sentía más vacía y sentía que perdía conocimientos de mi vida pasada. Pronto olvidaría quién es Claudia.
J. G. O. (1º ESO B)
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